Luego de la experiencia vivida
durante la “Crisis del Caldas”, se presentó una singular oportunidad de
crecimiento personal y profesional, se abrió un concurso para participar en un
curso de Armamento con la Marina del Brasil y del cual salí designado para
estudiar en el Centro de Instrucción Almirante Wandenkolk (CIAW) en Río de
Janeiro, Brasil. Agradezco al Contralmirante
Gustavo Sosa Larrazábal por haber confiado en mí para esa designación,
la cual me abrió las puertas para maravillosas experiencias.

Al
llegar el sábado al aeropuerto internacional de Río de Janeiro, luego de casi 6
horas de vuelo me estaba esperando un conductor y un intendente de la Infantería
de Marina brasileña, quienes me llevaron hasta el 1er. Distrito Naval donde
debía esperar la embarcación que me llevaría hasta la Isla das Enchadas en la
bahía de Guanabara esa espera se hizo interminable , venía de un largo vuelo
con muchas incertidumbres que responder , hasta que llegó la embarcación el
intendente o suboficial que me acompañaba se despidió y me embarqué entonces
hasta mi nuevo destino.Llegamos luego de más o menos 20 minutos de navegación ,
fui recibido por el oficial de guardia y me llevaron al alojamiento, una
especie de Habitación o camarote muy diferente a las facilidades de la Armada Venezolana, estas
eran muy sencillas y sin muchas comodidades, era la segunda semana de enero y
el verano estaba en pleno apogeo con aproximadamente sus 40 grados de temperatura
con una elevada humedad y nadie con quien conversar hasta la próxima semana el día miércoles cuando
debían comenzar las actividades académicas , ahí las alarmas se encendieron y
acudí a los amigos hechos en el vuelo, necesitaba urgente aprender portugués,
los compañeros pilotos de la Aviación Naval
que se formaron en Brasil como pilotos de helicópteros , me dieron
algunos consejos y algunas frases para pedir lo básico en cualquier situación ,
pero lo mejor era siempre buscar una novia local para navegar en aguas
profundas del portugués . De los oficiales navales venezolanos estaban allí también: el amigo Rolendio
Bracho y su Sra. Mayra, quienes gentilmente me recibieron en su casa el primer mes hasta conseguir acomodo en
Copacabana, Bracho hacia su curso de Hidrografía y llegaría después el gran
bucanero naval Emilio De Rogatis Porreca en las grandes ligas con el curso de
estado Mayor Naval, así las cosas mantuvimos un fraternal y respetuoso apoyo
como familia naval en la tierra del bossa nova, Vinicio de Moraes y de la Garotas de Ipanema, el
frenesí por el carnaval era indescriptible, contarlo es una cosa, hay que
vivirlo para entenderlo, y vaya que lo vivimos con un portuñol que nos permitió
sobrevivir a las primeras semanas de clase y disfrutar del carnaval de Río 1988.
5 comentarios:
y q paso con las garotaaaaas....jajajajja
Aclárame algo, a la novia un simple adiós y el consejo para aprender portugués buscando una novia te sirvió? No se, me parece que te metiste en un lío. Muy interesante. Me pasó lo mismo. En enero de 1973 me enviaron para navegar en el buque escuela Custodio de Melo por 6 meses con los guardiamarinas que se graduaron. Una experiencia que explicaré en LAS VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA. Saludos y felicitaciones.
Muy entretenido escrito! Felicitaciones
Brasil, siempre fue para los de abordo una aventura en todos sus ángulos....era barato en aquella época, las personas felices y amables y se ponía de moda el bailar forro. De paso la Armada brasileña era sumamente profesional y adiestrada....felicidades
¿Y que pasó con las garotas? jajajaja
Publicar un comentario